Mientras Tanto, de Diego Lerman

Sus personajes, no llegan a ser personajes.
No llegan a ser sujetos que cambian.
Sin embargo, esperan.
No hay un protagonista. Son muchos, un coro.
Se cruzan, van, vienen, algunos se conocen, otros no.
Nunca sabemos si es una ficción o una imagen que documenta movimientos.
Aunque hay actores, sí. Microhistorias.
En apariencias, bien en la superficie, nunca llega a pasar nada.
Parece que la cámara enfocara el vacío, o alguna sensación que merezca ese nombre.
En el silencio hay acontecimientos, dice Deleuze. O algo así.
No tengo en claro si la peli me gustó, si que fue un buen flechazo.

N.

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