Dumplings

de Fruit Chan, 2004, ChinaMuchas cosas puede provocar una peli. Hoy hablábamos de eso en nuestra reunión de Cine H(ache). Y una de esas cosas tiene que ver con no poder dejar de ver lo que no queremos ver. Esa fascinación puede provocar el cine, esa paradoja.
Yendo a la peli: los Dumplings son una comida que rejuvenece. Están preparados por una ginecóloga, Tía Mei, quien descubrió su receta y que vive gracias a la desesperación de muchas mujeres ricas que no saben qué hacer con su vida. Una de ellas es Qing, una actriz retirada que quiere recuperar su juventud y su marido. Para eso acude a Mei, gurù de la juventud, divino tesoro. Pero, ¿cuánto se es capaz de tolerar por recuperar esa juventud?
Esa es la pregunta que tal vez guía esta película, o por lo menos a mí. Y es ahí que aparecen estas sensaciones de las que hablaba más arriba: no puedo dejar de ver lo que no tengo ganas de ver, sobre todo cuando me entero de qué están rellenos los dumplings.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no poder dejar de ver lo que no queremos ver// ni poder dejar de dibujar lo que no queremos dibujar// el tiempo del cine, que es el tiempo del acontecimiento// es el pañuelo que se asoma desde el bolsillo de la chaqueta archivada///
Al dar vuelta a la esquina/husmear si el auto que venia desde lejos pasa por sus espaldas/luego sonría y agite la cabeza/usted esta en su pelicula diaria, que aunque no parezca, resuena haciendo rebotar al infinito el presentepasadofuturo/ temporalidades sobre las que uno se cree tan ducho.cine--Ñerep

Cine H(ache) dijo...

un viaje en el lugar, un cuerpo, mitologías de naríz colorada/ la pantalla frente a nosotros nos mira/ nos hace sus personajes en porblemas, enamorados o en una gran aventura/